La derrota deja un agujero de más de 20 millones en las cuentas populares
Pierde 10,5 millones de fondos electorales y otros tres millones al año por subvenciones de Congreso y Senado
El desplome electoral cosechado por el PP en las generales del 28 de abril ha abierto un boquete de más de 20 millones de euros en las cuentas del partido y deja sin empleo público a más de 50 asistentes parlamentarios, como consecuencia de los 145 puestos de diputado y senador que han perdido los populares. Es el efecto económico inmediato de los votos y escaños que se le han escapado al PP. Solo en subvenciones electorales dejan de cobrar 10,5 millones. Son los fondos que el Estado abona a los partidos según los votos y escaños que consiguen cada vez que hay comicios. Y, además, va a perder otros tres millones de euros anuales en subvenciones parlamentarias, las que el Congreso y el Senado pagan mes a mes a las formaciones políticas y cuyo importe varía según el número de escaños que tiene cada partido. Si no hay adelanto electoral y la legislatura tiene los cuatro años de duración ordinaria, el PP se anotará una merma global de 12 millones respecto a las subvenciones parlamentarias que estaba cobrando hasta ahora.
Es decir, entre fondos electorales y parlamentarios, el PP se enfrenta a un agujero total de unos 22 millones de euros como consecuencia de los votos y escaños que perdió el 28 de abril. Es el escenario que tienen que computar los encargados de las cuentas del PP para reajustar la economía del partido y digerir el revés económico que les ha dejado esta cita con las urnas.
El precio de los votos
El Estado paga a los partidos 81 céntimos por cada voto que obtienen sus listas al Congreso, y 32 céntimos por cada voto que reciben los candidatos que son elegidos senadores. Eso sí, para cobrar esos importes, la lista al Congreso, y los candidatos individuales en el caso del Senado, deben lograr escaño en la circunscripción en la que concurren. De lo contrario, los votos no computan a efectos de las subvenciones. Por eso, el PP no cobrará nada por los algo más de 76.000 votos al Congreso que obtuvo en el País Vasco -en ninguna de cuyas provincias ha logrado escaño-, ni por los 45.000 votos que cosechó entre Gerona, Lérida y Tarragona, porque tampoco allí obtuvo diputados. En el caso del Senado las pérdidas aún son mayores, porque han sido más las circunscripciones en las que el PP no ha logrado representación para la Cámara Alta. En total, por la merma de votos al Congreso y al Senado, el PP ha perdido 7,5 millones de euros respecto a los que ingresó por subvenciones electorales en 2016.
Además, la normativa establece que cada partido recibe, por una sola vez, 21.167,64 euros de subvención electoral por cada escaño que logran en el Congreso o en el Senado. Respecto a las generales de hace tres años, el PP ha perdido 71 diputados y 74 senadores, así que en este caso la merma económica total es de tres millones de euros en números redondos.
Grupos parlamentarios
Además de esas subvenciones electorales que se abonan por cada cita con las urnas, los partidos también cobran subvenciones parlamentarias según el número de escaños que ocupan. El Senado abona mensualmente a cada grupo una subvención de 1.900 euros por escaño. En el Congreso, esa subvención asciende a 1.645,49 euros mensuales por cada diputado.
Por tanto, los 145 escaños que el Partido Popular ha perdido entre el Congreso y el Senado le van a suponer una merma de ingresos de 257.000 euros mensuales, unos tres millones al año. Es decir, algo más de 12 millones en los cuatro años que dura una legislatura ordinaria; es decir, si no hay adelanto electoral.
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